«Ojalá hubiera sabido que mi bebé era prematuro»,

                                  Ana J. Testimonio

Hoy os traemos un post muy emotivo, que nos envía una mamá en forma de carta, donde nos cuenta su experiencia, su embarazo de riesgo y el nacimiento de su bebé prematuro.

“Me llamo Ana y soy mamá de una niña de 2 años. Cuando era más joven siempre me decía a mi misma que la maternidad no era para mi, que “uno para dejar descendencia” y así ha sido y será después de mi experiencia.

A los 33 años empecé mi búsqueda junto a mi pareja, pero la suerte o el caprichoso destino no estuvo de nuestra parte. Tras tres años de abortos espontáneos y uno inducido por malformaciones a los 5 meses, por fin, llegó nuestro momento. Me quedo embarazada de mi pequeña, con mucho miedo y respeto ante la situación.

¿Será prematuro? Mi recorrido durante el embarazo

Por mis antecedentes y mi historial, mi embarazo fue de riesgo desde el primer día. Además, en el segundo mes comencé a cuidar mucho mi alimentación, intentando sortear la diabetes gestacional que tuve en los anteriores embarazos, pero no lo logre. En la semana 24 me diagnosticaron diabetes gestacional y detectan que la tensión arterial era un poquito alta. Toca cuidarse: tratamiento de insulina  y medicación para controlar la posible preeclampsia, revisiones periódicas y libreta de notas, donde registraba cada día niveles de glucosa en sangre y tensión arterial.

En este momento, empecé a preocuparme mucho más por la salud del bebé ¿le afectaría mi diabetes? ¿y el aumento de tensión? Todo indicaba que sería de un bebé prematuro… o no… cuando preguntaba a mi ginecólogo y a mi matrona no sabía darme una respuesta, eso me frustraba, el miedo a que todo saliera de nuevo mal… era horrible, me estresa, no dormía bien y… no disfruté del embarazo como debía haberlo hecho. Sin darme cuenta que todas estas emociones podrían afectar negativamente a mi salud y al bebé.

.

.

Sí, fue un bebé prematuro y no estaba preparada

Finalmente, en la semana 35 de embarazo, me notifican en una revisión que “el bebé tiene que salir”, la bolsa tiene demasiado líquido y la preeclampsia hace presencia, todo riesgos. Mi bebé sería prematuro y yo no sabía que pasaría cuando naciera…solo me enteré unos días antes y mi mente no tuvo tiempo de asimilarlo.

Mi primera reacción fue avisar a la familia y después en el trabajo, “jefe que en dos días me inducen el parto”. Fue bastante antes de lo previsto, por suerte mi salida de la empresa estaba contemplada, aunque para más adelante, hicimos una sesión exprés de traspaso de información y seguimos adelante.

El parto fue largo, 15 horas con oxitocina, 6 goteros para controlar la diabetes gestacional, suero, tensión… y monitorizada constantemente. Cuando llegó el momento de romper la bolsa de forma manual, ¿manual? ¿y todo eso de “cuando rompas aguas”? Nada para mi eso no existió.

Y con la primera contracción, inmovilizada totalmente, solicité la epidural, eso fue lo mejor que hice, efecto inmediato y casi pase el resto del parto medio dormida.

Y a las 23:53 horas llegó mi bebé, una niña con una melena negra preciosa, con la que pasé la primera noche en la habitación, ya que el peso al nacer, a pesar de ser prematura estaba al límite. Pero… era de esperar… la diabetes gestacional hizo su papel y la niña hizo hipoglucemia, así que de cabeza a neonatos.

Ese fue el peor momento de todos, la sensación de soledad en la habitación de planta, de no saber qué pasaría con ella en la Unidad de Neonatos, si podría verla, darle el pecho, abrazarla, consolarla cuando llorase… En ese momento era un mar de lágrimas.

Pero poco a poco se fue desvaneciendo. Aun siendo su respiración sobre mi la primera noche que pasó en neonatos, podía darle el pecho, acariciarla, estar con ella todo el día, aunque me recomendaron dormir por la noche y volver al día siguiente, para descansar.

Los 13 días que mi bebé pasó en neonatos fueron duros, a pesar de que estaba muy bien cuidada y en las mejores manos, la frustración de verla con el gotero y volver a casa sin ella hicieron esos 13 días interminables. Hasta que un día, ya no llevaba gotero, su peso era bueno, los niveles de glóbulos rojos y plaquetas se estabilizaron y… entonces… nos fuimos a casa.

Ventajas de saber la probabilidad de que el bebé sea prematuro

Ójala hubiera sabido que el bebé sería prematuro, eso me hubiera ayudado a gestionar mucho mejor mis emociones durante el embarazo, durante el parto y en esos 13 días en neonatos. Así como a planificar cada visita con el ginecólogo y saber que todo estaría listo para su llegada en Neonatos.

Me hubiera planificado mucho mejor su salida del hospital y la llegada a casa, no me hubiera llevado el chasco de irme con la “bolsa del hospital y su ropita” para volver a traermela a casa sin ella. 

Me hubiera informado de los cuidados que se dan en neonatos, de los programas “piel con piel” o de una lactancia mixta.

Una información tan importante es vital para evitar sufrir estrés durante el embarazo, cuidarse y tener planificada la llegada del bebé.

Decir a todas las futuras mamás, que como yo viven ahora un embarazo de riesgo, que padecen una diabetes gestacional o cualquier otro riesgo que señala que el bebé podría ser prematuro, salir de dudas, la incertidumbre no es la mejor compañera en esta etapa. Y por supuesto, deciros que saldrá bien y tendréis al bebé en casa antes de lo que imaginas”

Contáctanos